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Familias becadas – aliadas y beneficiadas


Por Fe y Alegría Honduras


Son muchas las razones que podrían evidenciar el enorme valor que este proyecto de Jóvenes promesas tiene para nuestra sociedad centroamericana, inmersa en conflictos y desajustes sociales que se llevan por delante a las familias y con ellas a los jóvenes y niños de nuestros países quienes en definitiva, son los que están poniendo sus vidas en las rutas emigrantes, en las pandillas, en las calles, en el subempleo, como mano de obra no calificada y explotada en las maquilas o en el campo; y sobre todo, sin la esperanza de un acceso a educación gratuita y de calidad.


Es así como para cada una de las familias de estos jóvenes becados, esta oportunidad de realizar sus estudios de bachillerato técnico en los centros CONALEP de Puebla, México, es una luz de esperanza para ellos y para todo el núcleo familiar, no solo por el aspecto económico y formativo, sino como fuente de inspiración para la familia al reconocer en la educación una vía de engrandecimiento personal y una posibilidad de mejora en la escala social.


Es por ello, que en Fe y Alegría estamos dando especial relevancia al acompañamiento de las familias de origen para que se mantengan firmes en la decisión que han tomado con sus hijos e hijas y, a la vez, que sean un apoyo y sostén emocional en la distancia.


¿Qué hemos hecho?


Desde que empezó el proceso se ha priorizado el aspecto emocional tanto de las familias como de los y la joven becados, por tanto se realizaron talleres que permitieron a las familias explicitar sentimientos de duda, temor, alegrías, angustias; y proveerles de herramientas para gestionarlos, ya sea a través de un diario de historias y fotografías, de una pulsera como elemento material simbólico de unión entre ellos y su hijo y cartas escritas por sus padres y hermanos.


También se realizaron reuniones virtuales antes y después del viaje con el personal de Juconi, encargado de mantener el apoyo emocional a los jóvenes y sus familias de acogida.

Se llevaron a cabo visitas domiciliarias a las familias para conocer cómo van asumiendo cada día la nueva vida sin la presencia física de su hijo o hija, ya que han dejado un vacío en la familia y como confidente en algunos casos.


También se promovió la relación de amistad entre familias de origen y acogida reconociendo en consecuencia el interés común que ahora tienen. Esto con la idea de que se mantenga una comunicación fluida y de confianza entre ambas para acompañar adecuadamente al chico y la chica en su proceso.


Los responsables del proyecto en Fe y Alegría mantienen una comunicación abierta y permanente con las familias y los jóvenes mediante vía telefónica y grupo de whatsapp.

Se programan encuentros presenciales colectivos bimensuales, con la posibilidad abierta de encuentros extraordinarios si alguna situación lo amerita. Es importante resaltar los lazos de unión y fraternidad que se han desarrollado entre las cuatro familias de Honduras.


En las familias hay un sentimiento general de orgullo por el logro de sus hijos y de gratitud hacia todas las entidades y personas que hacen posible una nueva esperanza de futuro.


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