Programa de Cooperación Educativa“Pro Jóvenes Centroamericanos”

Foto: Secretaría de Relaciones Exteriores

Por Miguel Díaz Reynoso

Director para América Latina

Secretaría de Relaciones Exteriores

Es una realidad innegable que los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica -TNC- (El Salvador, Guatemala y Honduras) enfrentan graves problemas de pobreza, desigualdad, violencia e inseguridad. Aunado a lo anterior, estos países presentan elevadas tasas de analfabetismo y falta de escolaridad. Todos estos factores, contribuyen al éxodo de personas provenientes de esos países, tanto adultos como menores, que salen en busca de mejores condiciones de vida, tanto para ellos como para sus familias.

Ante este escenario, es que se vuelve imperante buscar esquemas de cooperación que contribuyan a generar un desarrollo social, entre los sectores más vulnerables de los países del TNC, particularmente la niñez y la juventud.

Por ello, quiero resaltar la Iniciativa Regional de Cooperación Educativa Pro-jóvenes Centroamericanos, que ha venido promoviendo la sociedad civil, junto con la academia y las instituciones internacionales y gubernamentales, con el objetivo principal de apoyar a 12 jóvenes salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, entre los 15 y los 18 años, que se encontraban en riesgo de ser reclutados y/o violentados por el crimen organizado en sus países de origen, para que accedan a estudios técnicos de bachillerato en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) en el estado de Puebla.

Con esta iniciativa, México vuelve a tener la oportunidad de rescatar a futuras promesas, como en su momento lo hizo con los niños y jóvenes españoles que llegaron huyendo de la Guerra Civil en España, y que fueron acogidos en Morelia, muchos de ellos grandes hombres que ayudaron a construir el México contemporáneo con sus aportaciones a la cultura, la ciencia, la economía y la academia.

Ese mismo futuro, es el que auguramos tendrán los jóvenes centroamericanos, quienes no sólo podrán mejorar sus condiciones de vida, sino que tendrán herramientas y conocimientos que podrán implementar en sus lugares de origen.

Por supuesto, hay que subrayar que iniciativas de este tipo no podrían realizarse tan exitosamente, sin la coordinación, apoyo y complementariedad de todos los actores que en ella participan: CIDE, AMEXCID, SEGIB, CONALEP, el gobierno de Puebla, Puente Ciudadano, Fundación Juconi, entre muchos otros.

Si queremos mitigar los factores que impulsan la migración masiva de personas, debemos continuar apoyando programas de cooperación como éste, que busca ante todo proteger a los jóvenes y brindarles una mejor óptica de su futuro.

Así como los niños de Morelia aún hacen vibrar nuestra esencia nacional, los jóvenes de Puebla de hoy son la señal que alumbra el camino que deberemos seguir, desde donde estemos, la academia, sociedad civil o gobierno, la región lo reclama.